Excepto la subida testimonial de la primera lonja de marzo (+ 0,3 céntimos / kg), el resto de las lonjas de este mes han repetido la cotización: oferta muy limitada que no permite bajar y consumo muy retraído que imposibilita subir.
Estamos como en Alemania, desde inicios de febrero su cotización permanece inmutable y el precio actual es exactamente el mismo de la primera semana de enero. La pérdida del mercado ruso (Rusia cerró su mercado a Alemania hace pocas semanas) pesa como una losa e impide que la cotización suba.
Semana Santa queda atrás sin que la reducción obligada por festivos haya perturbado lo más mínimo nuestro mercado. Hay pocos cerdos y todos encuentran fácil acomodo. La oferta sigue muy restringida y la situación no tiene visos de cambiar.
Hace tres semanas una misión veterinaria rusa inspeccionó diversos establecimientos españoles homologados para ese país. El resultado no fue nada satisfactorio (a pesar de las triunfalistas declaraciones del Sr. Arias Cañete, ministro español del ramo) ya que las autoridades rusas han manifestado su preocupación respecto a la disciplina y rigor de la industria alimentaria española en su conjunto. En el momento de escribir estas líneas la situación es muy confusa y no es descartable el cierre de este destino para nuestras carnes. He aquí una formidable espada de Damocles pendiente sobre nuestras cabezas; si se confirmase sería un lastre muy pesado.
La demanda interna en el conjunto de la UE ha sido mínima desde inicios de año. Tradicionalmente la llegada del buen tiempo propicia el consumo en barbacoas y picnics, lo que ayuda al despegue del consumo y aporta fluidez; esperaremos que el buen tiempo no falte a la cita. El consumo interno es la gran baza de cara al verano: partiremos de magnitudes tan disminuidas que la reacción se hará notar.
Si miramos hacia atrás nos damos cuenta de que los precios de este año son, de lejos, los mejores de la última década. Ocurra lo que ocurra parece claro que la escasez de oferta (el verdadero factor clave en lo que llevamos de ejercicio) sostendrá la cotización hasta que la llegada del verano la pueda revitalizar.
Quizás exagerando un poco podríamos afirmar que lo de “virgencita, virgencita, que me quede como estoy” viene como anillo al dedo a la situación actual. Aguardaremos acontecimientos como siempre.
En el refranero español encontramos: “Agua pasada no mueve molino”
Guillem Burset
3 de abril de 2013